Las orquídeas enfrentan diversas amenazas que ponen en riesgo su conservación, tanto en su hábitat natural como en cultivo. Una de las principales amenazas es la destrucción de su entorno natural debido a la deforestación, el cambio de uso de suelo para la agricultura o la urbanización. Muchas especies de orquídeas tienen hábitats muy específicos, por lo que cualquier alteración puede afectar gravemente su supervivencia.

Otra amenaza significativa es la extracción ilegal y el comercio no regulado, ya que algunas especies son altamente valoradas por coleccionistas, lo que ha llevado a su sobreexplotación. Además, factores como el cambio climático también están afectando la distribución de muchas especies, alterando los patrones de floración y reproducción.

En cultivo, las orquídeas pueden verse amenazadas por plagas y enfermedades como hongos, bacterias o insectos, especialmente si no se mantienen en condiciones adecuadas de ventilación y humedad. Todo esto resalta la importancia de fomentar prácticas de conservación y cultivo responsable para proteger esta valiosa familia de plantas.